domingo, 15 de abril de 2012

El soplo divino

En las conversaciones entre Auguste Rodin y Paul Gsell, el escultor da explicación al tema del movimiento en sus obras y como es que esos grandes bloques de bronce parecen tener esa "energía inquieta", esa "voluntad de obrar"




Sus esculturas simulan distintas fases de una acción en una sola pose, provocando una sensación de movimiento a través del recorrido de la mirada. Genera tensión (las posiciones que adoptan sus personajes parecen incómodas... ¡adelante, inténtelo... a ver si el cansancio o el libido se los permite!) y muestra una imagen diferente a la que se obtendría con una fotografía instantánea. "Entonces el arte miente, distorsiona la realidad" dice Gsell. "No, es el arte el que dice la verdad y la fotografía miente" responde Rodin, "La fotografía trata de detener el tiempo, cosa antinatural que nunca sucede". Lo que Rodin no sabía es que más tarde Henri Cartier Bresson le entraría a las patadas con su "instante desisívo"...

La aparición del contrapposto trajo un debate en cuanto al movimiento en la escultura (aún en su vertiente conceptual)  y su función para darle un carácter, para darle vida.




Cambiando abruptamente de tema, a finales de 1800 nace un personaje impresionante: Buckminster Fuller. Hombre prolífico, visionario, utópico, considerado un Leonardo da Vinci de nuestro tiempo. Concebía al planeta tierra como "una nave espacial" con recursos limitados de la cual todos eramos tripulantes, por ende, proponía terminar con el egoísmo, aprovechar la tecnología y generar la cooperación entre las personas como metas necesarias para lograr la supervivencia.

Se guiaba bajo la bandera de lo sustentable y para él un barco de vela era lo que encarnaba este concepto: aprovechaba la generosa ayuda del viento para moverse sin generar desperdicios o contaminar por ello, incluso, sin perturbar a los peces con su movimiento.

De ese pensamiento se desprenden dos conceptos que se aprecian en sus contribuciones a la humanidad: sinergía (que se entiende como un conjunto de elementos cuya unión tiene un valor mayor a la suma de sus partes) y efemeralización (que indica la pauta de las tecnologías para "hacer más con menos", congénere ideológica del hoy prostituido "menos es más" del arquitecto Mies Van der Rohe). Para ejemplo la cúpula geodésica: nace de la unión entre la esfera (figura geométrica que abarca el mayor volumen con el mínimo de área) y el tríángulo (aunque con mayor perímetro y menor área, es la figura más estable).




Pero, ¿a qué viene toda esta cháchara informativa y sin sentido? se preguntará ud. querido lector (si es que no he perdido ya su interés). Pues resulta que navegando por internet me encontré con un vídeo de un artista llamado Theo Jansen (si, todo lo anterior por un video). ¿Y qué tiene de especial este hombre? Pues parece que es producto de frotamientos ilícitos entre Rodin y el buen Bucky pues, en su obra: Animaris, confluyen las bondades de una escultura sinérgica y cinética.








Pero goza de una particularidad, a diferencia de otras esculturas móviles, como las de Anthony Howes (el video adjunto de su jardín escultórico no tiene sonido, puede poner esta canción como música de fondo si gusta): ¡la obra de Theo Jansen parece tener vida propia! nutrida del viento, posee ese soplo divino, tiene un alma...

...mas no autonomía... 
como muchos que andan por ahí sueltos...

Gracias por leer.


2 comentarios:

Nefernefernefer + dijo...

Saludos.

Mora dijo...

Saludos afectuosos y gracias por su visita a este sitio olvidado por DIOS...

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