lunes, 24 de septiembre de 2012

El sueño inexplicable.


     "Suspendido en el placer de un sueño tan profundo como el mar que habitaba, no esperaba el pez la revelación de un sueño tan emotivo:

     Soñó con las olas. Soñó con la playa y muy cerca volando criaturas aladas. Erguido y con piernas, la caña cargaba. Soltando un suspiro, volar anhelaba. El sol en la frente, en hombros la caña, los pies en la arena trotando pensaba en toda su vida, alegre, traumada. Amores, perfidias, el pecho inflamaban que ahora de viejo paciencia mostraba. Flotando en su lancha, la espalda cansada, tranquilo y sin prisas la presa esperaba. Un pez inocente comida buscaba; ingenuo y con fuerza la cuerda jalaba. ¡Del hilo colgando quedando perplejo con ojos saltones miró su reflejo!

     Fue tal el sobresalto por aquel sueño extraño que se despertó de golpe y, temiendo que se le olvidara nadó para contárselo al primero que quisiera escucharlo. No pasó mucho tiempo antes de verse rodeado por una multitud atenta. Entonces dijo:

     — Soñé que era otro. No había que nadar. Virtud para mí era saber esperar. Sonrisa en la boca por días de antaño. Cansado de viejo. Morí por mi mano. Mi sueño fue hermoso, les voy a contar como es esa vida afuera del…

     Entonces -ante el silencio de su público expectante- notó el pez que no sabía cómo iba a explicar aquello."

Microcuento para una convocatoria de la que ya nunca tuve noticia después de haberlo mandado a concurso.